Sin médico en la puesta de sol más bella

Japoneses, alemanes, daneses, suecos y otras especies de guiri descubrirán este domingo desde el mirador de San Nicolás, una perspectiva imprevista de la realidad del Albayzin: la de unas vecinas y vecinos movilizados porque la puesta de sol “más bella del mundo” se disfruta desde un vecindario con uno de los servicios de salud más precarios de Europa.

No hay explicación, ajuste, ni turno de vacaciones que justifique que un barrio entero con más de ocho mil habitantes se quede todo el verano a expensas de lo que dé de sí la abnegación y el voluntarismo de los dos médicos (en ocasiones uno) que se quedan como John Wayne solos ante el peligro bajo el sol granaino con la carga de responsabilidad de velar por la salud de toda una comunidad. El origen del problema está en la extraordinaria precariedad del personal sanitario de este centro de salud, en el que las doctoras han sido reemplazadas hasta seis veces en los últimos dos años, por jubilación o traslado a otros centros, con bajas por enfermedad o vacaciones que no se cubren y personal que tiene que atender barrios tan distantes como Haza Grande o el municipio de Beas. No es una emergencia. No es algo que haya sucedido de repente. Es un problema crónico desde hace años. Un suceso seguro que se puede prever con meses de antelación y, además, hay quienes cobran por preverlo y quienes cobran por resolverlo.

Estas son las cosas que nos gustaría ver y de las que nos gustaría escuchar alguna medida urgente cuando nuestros flamantes gobernantes del nuevo ejecutivo andaluz presumen de gestión y van por ahí “vendiendo Andalucía” como alardea Moreno Bonilla. Ni que decir tiene que han heredado una situación precaria de los gobiernos de Susana Díaz y que las plantillas vienen recortadas de años atrás. Unos recortes, por cierto, de los que son corresponsables PP y PSOE tras pactar la reforma express de la constitución para congelar el gasto social en 2011. Pero la Santa Alianza liberal conservadora neofascista lleva ya siete meses en el gobierno. Es decir, más de la séptima parte de la duración de la legislatura, y ha tenido tiempo más que de sobra de preocuparse de estas cuestiones que constituyen una verdadera urgencia social.

El problema es estructural, por supuesto. Andalucía es la comunidad autónoma que tiene a sus profesionales sanitarios en una situación más precaria de toda España, con contratos temporales, discontinuos, sometidos a movilidad geográfica y mal pagados. Así, no puede sorprendernos que nuestras chicas y chicos jóvenes recién formados como profesionales de la medicina se marchen a trabajar al extranjero. A Londres, Berlín o París, dónde acabarán de médicos de cabecera de esos mismos guiris que verán en San Nicolás manifestarse a los andaluces sin médico. Porque Andalucía gasta millones de dinero público (es decir suyo y mío) en dar formación de excelencia durante una década a nuestras mejores cabezas, las mejor preparadas, las de 14 en selectividad, para luego exportarlas gratis a países en los que sí se les reconoce el derecho a un trabajo estable y un sueldo digno. Más de mil quinientas andaluzas y andaluces en los úlitmos cinco años. Deplorable y más propio de un país empobrecido con problema de fuga de talentos que de una región de la Unión Europea.

El escándaloso cierre de círculo lo da el gobierno de España anunciando la modificación de las normativas de migración para facilitar la contratación en España de personal sanitario extracomunitario ¿Nos hemos rendido? Las vecinas del Albayzin no se han rendido. Hay que apoyarlas este domingo 11, a las 11, en el mirador de San Nicolás. No habrá puesta de Sol a esa hora, pero un pueblo movilizado por sus derechos sí que es el pueblo más bello del mundo.

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