Una situación muy esperada
Ya hemos explicado en ocasiones anteriores que, pese a las sofisticadas técnicas estadísticas existentes, la predicción sigue siendo un arte. La clave en todo ello está en saber diferenciar entre lo puramente temporal y lo estructural. Por ello, en el pasado mes de febrero, cuando conocimos los malos datos del desempleo y realizamos las predicciones de lo que ocurriría en los siguientes meses, nuestro análisis se basó, fundamentalmente, en explicar estos conceptos. Lo que decíamos entonces era que la situación captada por los modelos no era estructural, sino puramente transitoria, tanto a nivel general, como en la mayoría de los sectores económicos de actividad. Considerábamos que, conforme avanzara la vacunación, la economía se situaría en una posición similar a lo que ocurría en febrero de 2020, justamente antes del confinamiento.
La evolución de los meses posteriores nos ha ido dando la razón y ha ido confirmando nuestras favorables predicciones sobre el desempleo. Pero, lo que ha ocurrido con las estimaciones realizadas incorporando los datos de junio de 2021, es lo que realmente estábamos esperando desde el principio. Así, el paro desciende en 167 mil personas, en cifras absolutas y un -6,42% respecto al año anterior. Por sectores destaca el sector servicios con un descenso de 131 mil personas, seguido de la industria y la construcción, que en términos interanuales descienden el -10,44% y el -7,93%, respectivamente. En Granada el paro registrado bajó en 7.502 personas, situándose en 94.495. En el sector servicios, bajó hasta 60.585 (-5.031). Pero, también los datos de junio sitúan la afiliación en 19.500.277 personas, lo que supone superar en 250 mil cotizantes la población afiliada en febrero de 2020, antes de la pandemia.
Es evidente que, esta bajada histórica del desempleo no es debida al modelo de relaciones laborales impuesto por el anterior gobierno, sino a las medidas extraordinarias adoptadas por el actual, acordadas con los agentes sociales desde el inicio de la pandemia, que han frenado el daño al tejido productivo que se hubiera producido si no se aplica el mecanismo de los ERTE, que ha ayudado a salvar 3 millones de empleos. Como nos dice el gabinete económico de CCOO en su último informe de coyuntura, “…Frente al modelo de inestabilidad laboral anterior y un ajuste del mercado de trabajo centrado en los despidos y en el abuso de la contratación temporal, la respuesta durante la pandemia ha tratado de minimizar ese ajuste externo basado en expulsar del mercado laboral a los más precarios y sostener con fondos públicos el máximo posible de empleo y tejido productivo a través del recurso masivo a los ERTE. Esto ha permitido que en medio de una profunda recesión económica provocada por la pandemia, la caída del empleo haya sido limitada y en todo caso mucho menor que la registrada por el PIB.”.
Pero, donde está realmente la novedad es en las estimaciones estadísticas realizadas con estos nuevos datos de junio incorporados, pues dibujan un panorama muy diferente al que se estimó en febrero, ya que se produce un descenso importante en las predicciones del desempleo en casi todos los sectores, salvo en la agricultura; situándonos en niveles de desempleo muy parecidos a febrero de 2020, en torno al mes de septiembre de 2021, tanto a nivel general (3.326.536), como por sectores, destacando especialmente el sector servicios (2.346.657), en el que la tendencia a la baja es acusada en los próximos meses. Si analizamos las predicciones realizadas para la provincia de Granada, la situación es algo distinta, pues en torno a septiembre el paro seguirá en una cifra similar a la de junio, sin que se note la mejoría que se prevé a nivel nacional.
No obstante, la situación a nivel nacional no aparece claramente como un cambio estructural permanente. No solo porque los datos de contagios entre la población más joven no están siendo nada buenos, sino porque es el propio modelo estadístico el que así lo detecta. En Granada, sin embargo, parece que sí se consolida la situación a la baja de forma permanente.
Por ejemplo, se observa que, a nivel nacional, en agricultura hubo un cambio estructural en junio de 2020, que coincidió con un nuevo incremento del desempleo en el mismo, después de las importantes caídas de los meses anteriores. Lamentablemente, este cambio a peor sí se ha consolidado. Esto también ocurrió en Granada. En la construcción, sin embargo, aparece un cambio estructural en marzo de 2021, que indica que, aquí sí se consolida una tendencia de disminución del desempleo, iniciada en enero de ese mismo año y que continúa. Sin embargo, en Granada, la situación es puramente transitoria en este sector, de momento.
También en el sector servicios se producen varios cambios estructurales en los meses de abril, julio y diciembre de 2020, que coinciden con el comienzo de la pandemia y el confinamiento, que fue cuando se incrementó el desempleo en dicho sector, en el primer caso, y con un importante descenso en el mes de julio, y un nuevo incremento del desempleo en diciembre de 2020. Pero la bajada del desempleo que se está produciendo a nivel nacional en este importante sector, de momento es solo temporal y aún no aparece consolidado como estructural y permanente en el modelo estadístico. Sin embargo, en Granada aparece claramente un cambio estructural en marzo de 2021, coincidiendo con un importante descenso del desempleo, que parece que se mantiene de forma permanente en el tiempo. Esto mismo ocurría con los datos globales de desempleo de todos los sectores en esta provincia.
Dado que la situación captada por nuestro modelo, a nivel nacional, sigue confirmando que la misma no es claramente estructural, ni permanente, es de esperar que conforme avance la vacunación y, por tanto, la contención de la pandemia, la economía vuelva a situarse en la senda en la que se encontraba en el mes de febrero de 2020. De hecho, en varios meses, las predicciones nos sitúan a nivel nacional en valores de desempleo anteriores a la pandemia. En Granada, como decimos, la situación es algo diferente, pues el cambio estructural de bajada del desempleo aparece como permanente, sin que influya en esto la predicción menos favorable para los próximos meses.
De cualquier forma, consideramos que sigue habiendo razones para la esperanza y para creer, ahora sí, que la situación de bajada del desempleo, hasta situarnos en niveles anteriores a la pandemia, parece que lleva camino de convertirse en una situación permanente y estructural.
* José Aureliano Martín Segura (Universidad de Granada), y César Pérez López (Universidad Complutense de Madrid).