Unas nuevas predicciones muy esperanzadoras

Cuando el pasado mes de febrero conocimos los datos del desempleo y realizamos las predicciones de lo que ocurriría en los próximos meses, nuestro análisis se basó, fundamentalmente, en explicar el concepto de lo temporal, frente a lo estructural. Así lo hicimos en un artículo del mismo título que se publicó a principios de marzo. Ahora hemos conocido los nuevos datos de desempleo registrado por las oficinas públicas de empleo hasta el mes de marzo de 2021. También se han publicado los datos de afiliados a la Seguridad Social. Con estos datos y las nuevas estimaciones y predicciones realizadas, creo que estamos en condiciones de afirmar que es posible que estemos comenzando a ver la luz al final del túnel. Nos explicamos.

Con los datos de marzo de 2021, parece que se empieza a ver claro un cambio de tendencia, pues, pese al complicado contexto en el que estamos y a que la Semana Santa no ha tenido el efecto favorable que hubiera sido posible en caso de no estar en plena tercera ola de la pandemia, el empleo, medido por el total de afiliaciones a la Seguridad Social, ha repuntado, y el paro ha bajado. En concreto, el paro baja en más de 59 mil personas, que es una bajada superior a meses de marzo anteriores. Y la población afectada por ERTE se sitúa en 746 mil personas, tras haber bajado en más de 114 mil personas en el último mes, lo que supone que 4 de cada 5 personas incluidas en ERTE se han reincorporado a sus puestos de trabajo.

Lo anterior supone que el paro se sitúa por debajo de los cuatro millones de personas (3.949.640). En términos desestacionalizados el paro registrado baja en 31.277 personas, conforme a los cálculos que hace el gabinete económico de CCOO en su último informe de coyuntura laboral, que es un buen dato. Esta bajada del paro se concentra en el sector servicios (-53.686); construcción (-7685) e industria (-3.675); repuntando en agricultura (2.368). Esto significa que el grueso del aumento del paro se produjo al inicio de la pandemia, entre marzo y abril de 2020, momento a partir del cual se estabilizó la cifra de desempleados. De la misma forma, el número de personas afiliadas a la Seguridad Social se sitúa en 18.920.902, en media mensual, lo que supone un aumento de 70.790 personas.

Las nuevas predicciones que se efectúan dibujan un panorama muy diferente al que se estimó en febrero, pues se produce un descenso importante del desempleo en casi todos los sectores, salvo en la agricultura; situándonos por debajo de los 4 millones de parados (3.784.452) en el mes de junio de 2021. Por sectores, para el mismo mes de junio, habrá 200.674 en agricultura; 292.881 en industria; 275.386 en construcción y 2.753.816 en servicios.

Y si descendemos a un nivel más provincial, como Granada, por ser la sede la Universidad desde la que hacemos esta investigación, las nuevas predicciones que se efectúan, también en este caso dibujan un panorama muy diferente al que se estimó en febrero, pues aunque se produce un ligero aumento de desempleo previsto respecto a marzo, a partir de ahí las predicciones muestran un descenso importante del desempleo en casi todos los sectores, salvo en la agricultura. De esta forma, a nivel global nos situaríamos en 113.433 en el mes de junio de 2021. Por sectores, para el mismo mes de junio, habrá 12.492 en agricultura; 5.094 en industria, 8.564 en construcción y 72.767 en servicios.

Dado que la situación captada por los modelos sigue confirmando que la misma no es estructural, sino transitoria, tanto a nivel general, como de la mayoría de los sectores, es de esperar que conforme avance la vacunación y, por tanto, la contención de la pandemia, la economía vuelva a situarse en la senda en la que se encontraba en el mes de febrero de 2020. Es decir, esta crisis no nos va a dejar en una situación peor que la anterior, sino que, con toda probabilidad, a la luz de estas nuevas predicciones, recuperará la fuerza que tenía cuando comenzó la pandemia.

Evidentemente, parte de lo que decimos es a consecuencia de los resultados de la estimación a través de modelos estadísticos, que pueden fallar. Aunque, hasta el momento, han acertado en casi todo, como lo hemos ido explicando en los sucesivos artículos que nos han publicado.

De cualquier forma, consideramos que hay razones sobradas para la esperanza y para pensar, como decíamos al comienzo del artículo, que es posible que estemos viendo la luz al final del túnel. Si ocurre así, entonces no habrá más remedio que admitir que la gestión económica efectuada, pese a las enormes dificultades por las que se está atravesando, ha sido bastante positiva.

* (Universidad de Granada y Universidad Complutense de Madrid).

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