Varias entidades ecologistas insisten en la catalogación del lobo como especie en «en peligro de extinción» en Andalucía
Varias entidades ecologistas, entre ellas las asociaciones Ecologistas en Acción y Lobo Marley, así como el partido político EQUO se han puesto de acuerdo para insistir en la necesidad de que se catalogue al lobo como «especie en peligro de extinción» en el territorio andaluz y se incluya con tal categoría en el Catálogo Andaluz de Fauna Amenazada.
En un comunicado, señalan la población andaluza de lobo ha quedado reducida a individuos aislados, según los últimos censos, sin núcleo reproductor constatado desde 2012, según informes oficiales, e indica que «se ha demostrado la falta de eficacia, suficiencia e idoneidad de las medidas llevadas a cabo para su conservación hasta la fecha».
Los ecologistas consideran que el lobo es una pieza «fundamental e insustituible» en los ecosistemas andaluces, que potencia la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas. El lobo es una especie estrictamente protegida por la Directiva de Hábitats al Sur del río Duero. La Ley de la Flora y Fauna Silvestre de Andalucía dispone que: «Las especies, subespecies, razas o poblaciones de la flora y la fauna silvestres que se incluyan en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas se clasificarán en la categoría ‘En peligro de extinción’, cuando su supervivencia resulte poco probable si los factores causales de su actual situación siguen actuando», situación que oficialmente se da en el lobo andaluz.
Señalan que la administración regional «es competente y tiene la obligación legal» de catalogar y proteger adecuadamente a las especies que forman parte de su patrimonio natural según criterios establecidos en la norma autonómica y estatal, independientemente de su estado de conservación en otras comunidades. «No se puede entender la discrecionalidad administrativa, totalmente injustificada desde el punto de vista normativo», lamentan.
Además, apuntan que la Directiva de Hábitats, que protege estrictamente a las poblaciones de lobo ibérico al sur del río Duero, establece que «los Estados miembros tomarán las medidas necesarias para instaurar un sistema de protección rigurosa de las especies animales que aparecen en su anexo IV, como el lobo, en sus áreas de distribución natural, prohibiendo: la perturbación deliberada de dichas especies, especialmente durante los períodos de reproducción, cría, hibernación y migración».
Pero añaden que la Junta de Andalucía «no lo ha hecho nunca y ha mirado para otro lado ante el exterminio de lobos en Andalucía y ha permitido la proliferación de barreras que entorpecen la recuperación de la especie, tanto en lo relativo a su acceso al alimento como impidiendo la conectividad con otros núcleos poblaciones».
Todas estas circunstancias se exponen en el Manifiesto ‘Propuesta para la urgente recuperación de la población de lobo ibérico (canis lupus signatus) en Andalucía’, redactado por Ecologistas en Acción y por Lobo Marley y suscritas por el partido EQUO y una serie de entidades de reconocido prestigio en la defensa ambiental en la Península Ibérica, además de otras muchas asociaciones de tipo ecologista, naturalista, animalista, partidos políticos, ayuntamientos, etcétera.
«El lobo ibérico en su núcleo poblacional andaluz requiere una protección estricta, protección que no ha sido efectiva en ningún momento, pues su declive ha sido continuo desde que se le catalogara como ‘especie protegida’ en 1986. En la actualidad, el último censo estatal corrobora su presencia pero no su reproducción, no pudiendo asegurar la presencia de ningún núcleo familiar en nuestra comunidad», señalan.
Por ello que las entidades solicitantes piden a la Presidencia de la Junta de Andalucía que se proceda a la catalogación inmediata del lobo ibérico como «taxón en peligro de extinción en Andalucía, así como el resto del decálogo solicitado en el manifiesto, que incluye la elaboración de un plan de recuperación de la especie, la propuesta de un plan de conectividad, propuestas para la coexistencia de los depredadores con la ganadería, con compensaciones por daños e incentivos, etcétera».