Votar derecha desde las izquierdas
12 partidos, DOCE: PP, Vox, Ciudadanos, PSOE, Podemos-AV, Granada Unida, Adelante Andalucía, Izquierda en Positivo, Nación Andaluza, Por un mundo más justo, Juntos por Granada y Escaños en blanco. 348 aspirantes para 27 plazas. Todo es posible en Granada, la ciudad que con un 21,59% de paro ejerce de capital de la cuarta provincia de España en la misma categoría con un 20,27%. A pesar de su situación enquistada de ruina y abandono, sigue siendo su consistorio ese oscuro objeto del deseo.
Tiene la Plaza del Carmen un discreto encanto para la rancia burguesía local, la peor de España, en acertado diagnóstico lorquiano. Tal carcunda considera la alcaldía un trofeo de caza para colgar en el salón de casa y mostrar a las amistades. Como en muchos lugares de Andalucía, la gestión municipal de las derechas se centra, de cara al populacho, en el ornato, la pompa y la tradición, como bien reflejan la Toma, el Corpus o el día de la patrona, y el laissez faire de cara a empresarios y especuladores.
La aspiración de la burguesía a gobernar el Ayuntamiento es hoy un remedo 2.0 de aquella aciaga CEDA que apoyó el golpe de Estado. El Partido Popular, Vox y los restos de C’s cuentan con un importante nicho de votos procedentes de la parte damnificada por sus políticas: los “obreros de derechas” aplauden la rebaja de impuestos a los ricos, presumen de seguro privado y entregan sus retoños a curas y monjas para una educación fundamentalista en ritos y supersticiones en los que las personas mayores no creen.
¿Y las izquierdas? ¡Madre mía, qué dolor! Una vez más, se plantea el sempiterno suplicio para el votante de izquierdas que irremisiblemente empieza y acaba en un desencanto, sea cual sea el resultado. ¿De qué van los 151 aspirantes de Cabrerizo, Puentedura, Cabello, Varo y Ríos? ¿A qué vienen cinco listas para un solitario fracaso? Ante este panorama, gran parte de la ciudadanía, que busca un voto de progreso para Granada, se planteará la abstención o votar, con una pinza en la nariz, al PSOE.
Habrá quien piense, desde el centro izquierda y desde el centro derecha, que Paco Cuenca es el mal menor para Granada y con tal criterio vote. Habrá quien ejerza el voto inútil y apueste por la utopía andaluza, la candidez universal o la no política, tres opciones que no son de derechas, ni de izquierdas, ni del PSOE, ni de sí mismas. A un mes escaso del 28M, se dan las condiciones en la izquierda para que el electorado identifique semánticamente urna y papelera, una situación ideal para el triunfo de las derechas.